junio 02, 2008

Tánatos no.



Luego de dos semanas de tristeza, hoy me levanté tranquilo, reflexivo. Incluso algo asertivo. En el transporte público vi un chico que me causó un malestar enorme que no pude evitar, a pesar de que me sentí mal por ese sentimiento; el chico venía muy enfermo, apenas y se sostenía, tenía como pulmonía. Con mucha dificultad respiraba.

Ya en el metro, una mujer se me quedó mirando con mucha insistencia. Por más que la miré directo a los ojos, no se intimidó, siguió mirándome.

Durante el trayecto, seguí con mi tormento de que ya tengo una edad considerable y todavía no tengo un proyecto de vida rector. Estos días hice una evaluación de lo que estoy haciendo, hacia donde voy, y comprendí que mucho me he perdido en el camino.

No estoy haciendo lo que quería; he viajado como una pluma al viento, a donde la corriente me lleve. Puro incierto rumbo.

Siento como que he perdido 10 años de mi vida. Lo mejor que he hecho lo hice en cinco años, lo demás ha sido puro drama. Como que todavía no me repongo de esa relación, de ese primer amor, y que resultó tan enfermo y destructivo.

A veces pierdo el sentido de la vida; mi pasión decae. Inmediatamente me enfermo... Tengo miedo del futuro. Creo que en cierto nivel, soy loco enfermo. Tengo miedo de lo que hago, de cómo afecto a los que me rodean. Tengo miedo de las decisiones que tomo: soy un miedoso.

No muerte no. No tánatos no.

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