Adiós Kiliwa

Yasuji Watanabehttp

Me he despedido de Kiliwa. Quise hablar con él, y definitivamente no quiso problematizar con mis sentimientos.
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Y en sí, no es por lo que dijo o por lo que no dijo, sino por todos los hechos que hemos vivido.
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Una parte de mí, se siente engañado. Me ilusionó, y después no correspondió ningún sentimiento, siendo que inicialmente parecía comprometido.
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Muy en el fondo, sé que he sido un tonto.
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La verdad creo que él es inocente, yo soy el culpable de todo, de pensar más de lo que es en verdad.
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Creo que me despedí por vergüenza, porque me arde la cara. Porque creo que él no fue el amigo que yo esperaba, porque esperé demasiado, y en vez de desmentirme dejó que las cosas crecieran.
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Esperé demasiado, ese fue el problema. Cuando quise hablar con él. Se lavó las manos. Fui un tonto.
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Y luego, se hace un lado, yo soy el de los sentimientos, de las interrogaciones. Sólo soy su amigo, y remata diciendo que sería una lástima que terminara la amistad.
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Sus palabras terminaron con nuestra amistad. Si hubiera dicho lo que ha sido, a pesar de que no me correspondiera, creo que todo hubiera podido seguir, pero ahora ya no.
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Al final, yo lo necesito más, que él a mí. A puesto a que me mandará un correo, y cuando vea que no lo respondo, así se quedarán las cosas. A la mejor dirá que es una lástima que me ponga de pesado, y ya. Seguirá con su vida.
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Con aquellos con quienes sí quiero incidir no pasa nada, paso en su vida como un poco de contaminación y ya, como es el caso de Kiliwa. En otros casos, soy pura tormenta y en un sentido más trágico.
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Me abrí desde las entrañas con Kiliwa, a pesar de que no me escuchó ni un mínimo susurro. Todo el tiempo se contempló a sí mismo. Se deleitó con escuchar su voz, una y otra vez.
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Quise darle todo y tanto. No me importaba su edad, le hubiera dado toda mi juventud. No hubiera necesitado del sexo, con que me tuviera en una estima, con que respetara mis sentimientos, con eso me hubiera bastado.
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Me duele que se hiciera a un lado. Me duele, que no hubiera visto todo lo que di de mi parte. Me duele y me avergüenza. Tomó mis sentimientos, jugó con ellos y los olvidó en un sucio lugar, como cualquier cochinada.
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Soy más que eso. Le amé con poesía, lo subí en mi nube, le dediqué este blog, mis más tiernos pensamientos, mis noches de deseo, mis esfuerzos, mi gusto y mi gozo. Le fue poco todo. No significó nada.
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Yo fui el loco, el que esperó demasiado. El estúpido que gritó una y otra vez, te amo.
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Ahora corresponde el silencio, partir callados y punto. Lo quiero, le quise, le ofrecí mi vida, me rechazó y sin modales. Hoy parto, mejor me voy. No hay nada que explicar, ni siquiera creo que le importe. Sé que tiene carisma, tendrá amigos, seguirá envejeciendo, le pido a las estrellas que no se acuerde de mí, no quiero su lástima ni su burla. Yo le recordaré en mis sentimientos, con enfado, con dolor, coraje, y a la mejor con un poco de ternura.