diciembre 17, 2007

Turbado me encuentro....



Kiliwa, ahora sí, amor mío. Me he quedado sin palabras. Las cosas se dieron sin siquiera imaginarlo. Una cosa llevó a la otra. Estoy turbado y sin palabras. No sé cómo empezar y qué decir. Imaginé que al verte sólo acariciaría la posibilidad de sentirme observado por tu mirada. Imaginé que harías diálogo silencioso con mis ojos. Mas las cosas se fueron empujando hacia el habla y antes de dejarte partir, impulsivamente escupí lo inimaginable.


*


Creo que lo prudente hubiera sido decir otra cosas o robarte un beso, pero mi inconsciente me mandó a decir algo ya tan comprometedor como ser mi amante. Por un momento pensé que no había dicho nada, porque te quedaste pensando, escogiendo tus palabras.


*


En este momento no me arrepiento. No quiero especular cuánto durará la fantasía, no sé si después ya no te parecerá una buena idea. Quiero sentir que estás aquí conmigo, pensando, diciendo esas cosas que hacen que el tiempo se escurra entre los dedos.


*


No hay satisfacción más grande y estímulo tan impresionante como saber que estás pensando en mí, que entraré en tus sueños - sensaciones. Que sentirás mi aliento, mi respiración flotante en tu mejilla, que sabrás que te admiro por toda esa pasión de vida, esa juventud llena de inocencia.


*


Hoy ya es la madrugada y no he podido conciliar el sueño. Imagino cómo será sentir tu piel suave en la mía. No sé qué podrá pasar. ¿Nos abrazaremos, cerraremos los ojos, nos besaremos y así, tranquilos, se terminará la tarde?


*


No logro acomodar mis ideas, me hace falta tu diálogo.


*


Anoche cerré fuertemente mis ojos, quise regresar a ese instante del primer contacto. Reconstruí en mi pensamiento el terciopelo húmedo de tus labios, la angustia de no poder parar, de saber que ya nos estábamos despidiendo.


*


Luego al día siguiente de haberte besado, no me arrepiento de nada, no ha entrado ningún pensamiento de moralidad en mi consciencia. Algo en mí me dice que está bien para mí. Que si tú eres un extraterrestre y yo soy un alga, no importa. Las cosas están en su lugar. No está mal darte a ti lo que me muero por darte, cuando bien sé que nadie ha apreciado ese alimento mio.


*


Es difícil, pero en un mundo de imágenes y cosas, ya no encuentras a nadie a quien le interesen las palabras, los sueños, las ilusiones. Las cosas siempre tienen que ser terriblemente crudas y desgastantes. Sólo hablas de dinero, de la deplorable situación del país, de que si tal traicionó a tal, que si te veo cuando me sobre tiempo para que no perjudiques mi éxito y así, bla, bla, bla...


*


Por ahora, quiero saber querido Kiliwa que no te arrepientes, que esperarás al tiempo para que te dé mi pasión, mis palabras, mis sueños.


*


Me siento como un gato, nada más pienso en ti y se me paran los pelos y se me arquea la espalda. No es el sexo, es la pasión, es el perfume que expides como flor. Me llena todo, me satisface la mirada, el rosar de tu mano con la mía, el dejar caer mis manos en tu pecho, el acomodar de tu barbilla en mi cuello.


*


Quiero hacerte el amor en el museo. Quiero que firmemos el acuerdo de nuestra relación y su naturaleza, así como las reglas básicas de negociación. Quiero verte mirar el techo de la habitación en silencio, sin decir palabras, respirando tranquilo en introspección. Quiero probar a qué sabe tu helado, el que tú comes y no el que yo traiga entre las manos. Quiero muchas sensaciones...


*


Y te digo desde aquí, que no importa si te arrepientes, la sugerencia ha sido grandiosa. Por primera vez escuché a Nietzche y ha sido irresistible. Dejé el "deber ser" por el "ser", y ya respiro un poco canela, con café de grano, ajenjo y una pizca de vainilla.


*


Kiliwa, estoy aquí con el oído atento para escuchar el pum, pum, pum que retiembla en tu caja toráxica.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para Kiliwa. Ya puedes publicar comentarios, ya no tiene restricciones. Muak >>>