Kiliwa. La realidad siempre será lo más duro qué soportar. Los muchos, prefieren ignorarla con estúpidas poses de optimistas; la realidad es que hacen puro ridículo: solamente se engañan ellos mismo… y la realidad intermitente permanece.
Ahora, imagino que esas grandes devoradoras de capital humano, financiero, recursos naturales, las siempre citadas trasnacionales, se traen un rollo de deteriorar a PEMEX, con el objetivo de venderlo como chatarra. Será cierto o no lo de los atentados perpetrados por el EPR, pero en este caso los únicos que ganan con esos atentados son los que tienen urgencia de vender la paraestatal.
Los fallos, los accidentes, las fugas, el contrabando, todo eso es producto de malas estrategias, de poca inversión, de malas intenciones de quienes lo dirigen. Y cuando ya no dé nada, cuando esté agotado, cuando hayan escondido toda la información de nuevos yacimientos, y la economía esté toda destrozada, y haya caída del empleo y mucha, mucha desesperación, PEMEX será vendido como chatarra.
Hoy, PEMEX sostiene la economía gringa; ya que toda la producción va a parar hacia Estados Unidos, quienes necesitan de esos recursos para apuntalar el dólar. PEMEX tiene sentencia de muerte. Y yo humilde mortal, frágil y muy pequeñito en tamañas argucias, poco puedo hacer. Lo único que sí no me perdonaría es andar de ignorante, copiando corifeos (igual a Brozo, Denise Marker, Joaquín López Dóriga, etc.), alegando tonterías, porque el final de PEMEX se acerca y lo único que nos queda es llorar, despedirnos de ese pasado que tuvo sus momentos, que se aleja para nunca regresar.
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