Hace poco, un amigo me enfrentó con mis sentimientos; me descompuse todito, y por supuesto que negué todo. Fue un duro golpe para alguien que siempre anda con la sonrisa en el rostro. Eso que te recuerden, que uno es un ser lleno de emociones y debilidades, es un desastre. Ante esa situación, decidí enfrentar las emociones que estaban en la puerta tocando, y te diré cómo me fue:Decidí salir con el chico del Ofice Max, y después de salir al cine donde él comió palomitas y yo café; e ir a un restaurante, donde él comió comida del día y yo pedí una pizza, terminó por decirme que luego me hablaría. Como nunca habló fui a confrontar la verdad, ¿qué había pasado? Finalmente, se puso buena onda y me comentó que no éramos compatibles, que era muy cansado estar conmigo, que no paraba de hablar, que todo lo explicaba, que el tiempo que compartió conmigo, fui tan minucioso que terminé explicando todo hasta la desesperación. Cuando terminó de decir todas esas cosas, remató con un rotundo: "eres muy complicado". Regresé a mi casa con las alitas todas apachurradas.
Mi segunda salida, fue con el hombre maduro, y si bien te había dicho que en nuestra primera reunión, me la había pasado diciendo un cúmulo de cosas llenas de mal gusto, que no hubo manera que parara de hablar. En fin, me perdonó, pero empezó una relación de la manera más tradicional, espaciada, dónde no hay espacio para la pasión y la espontaneidad. En fin, manifesté mi punto con él, pero parece que le dije que prefería que se alejara más de mí; así es como sigo en una relación que pasa en cámara lenta. Sigo en espera de algo, de un grito, de algo que rompa el silencio.
Con el hombre inadecuado por ser casado, las cosas tuvieron su final así: noches en vela por soñar con él no valieron la pena. Antes de terminar fragmentado en mil pedazos, me deshice de mis sentimientos de la única manera que conozco: le dije que estaba pasando un enamoramiento hacia su persona, que mi confesión no pretendía ser una declaración de amor, que mi identificación hacia él, se debía a mis fallas emocionales, por el alejamiento hacia mi padre, donde él (el hombre inadecuado) representaba esa figura que llenaba mis vacíos (y neto Kili que se parece un chingo a mi padre)... Creo que eso fue lo más estúpido que he hecho, lo sé mi Kili, pero necesitaba destrozar el obscuro objeto de deseo. Sé quedó perplejo, me miró con terror en sus ojos, pero continuó como si no hubiera yo dicho palabra alguna. La cuestión es que ahora no me coquetea, y hoy lo veo como otra persona más en este mundo, aunque ya no se siente cómodo al trabajar conmigo.
... Parece que el mundo se aleja, mas confío en que hay otra persona que me quiere con todo mi lenguaje suelto, mis formas confusas, mis entusiasmos locos, mi ira, y todo eso que soy, carne, huesos, pensamientos
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