Buen día mi Kiliwa. No he podido acomodar mis ideas desde que me escribiste, diciéndome lo ocupado que estás y aún así me dedicas tiempo para leerme.
Lo pienso una y otra vez y siento que no es justo que yo te entretenga de esa manera; pero luego lo vuelvo a pensar y siento que lo que no es justo, es que no tengas tiempo porque el estilo de vida al que podemos acceder no nos permite una vida más plena. Y luego pienso, que de nada sirve que me concentre tanto en este asunto, porque en verdad no puedo cambiar nada. No tengo poder para cambiar la realidad. Y es una lástima, porque eso me demuestra que me esfuerzo demasiado en vivir una fantasía, fantasía que es un mito inexistente.
Me siento muy frustrado y cada día más. Esta frustración entra en mi espíritu y lo opaca, con una fuerza tan grande, que casi lo calla. No te pido nada. No creo que sea justo pedirte algo. Somos dos soñadores oprimidos por la realidad, robándole a la cruda realidad, suspiros de fantasías endulzadas.
Me siento atrapado en un pozo, viendo en la noche el ulular de las estrellas...
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