Yo lo conocí en el Zócalo de la Ciudad de México, él iba caminando, con su periódico La Jornada en un brazo, su mano blandiéndose en el aire, acompañado de unos muchachitos, que pululaban alrededor de sus palabras. A lo lejos le grité ¡Monsi!, y él levantó su mano saludándome como si me conociera.
En el 2006 pude sacudir su mano, otra vez en el Zócalo, pero esta vez en el marco del Fraude Electoral a Andrés López Obrador. Entre la muchedumbre, estiré mi mano para sacudir la suya, me saludó. Lo volví a encontrar en otros dos eventos, y como su típico fans me acerqué a saludarlo.
¡Es un honor estar con Monsiváis!
Imagen tomada de Letras Libres
Imagen tomada de ABC de Sevilla
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