Un hombre de amor, compasión, con mucha capacidad de dar a manos llenas. Sorprendente conciencia crítica, defensor de sus convicciones, dio luz a un mundo lleno de ceguera.
Me enseñó a perdonar la condición humana, a hacer, a moverme cuando las cosas parecen perdidas.
Mi corazón llora su pérdida física, aunque siempre estarán sus libros para vivirlo como si estuviera presente.
Imágenes tomadas de La Rioja: especial de Saramago
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