Gracias por las palabras, las copas (y no las de vino, ni de wisky, ja ja ja), tienes mucho razón en lo que dices, y bueno, no solamente en eso de que te gusta lo que escribo (ego aparte), sino de sentirnos a la vez que solos, acompañados, porque luego de andar de aquí y allá, he comprendido que compartimos algo más de lo que sospechamos: Somos producto de una misma tragedia.
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Sí, somos huérfanos de ideologías, de futuro, de identidad. Todos nos dicen que somos adultos y en el fondo, nos sentimos como adolescentes indefensos y temerosos. Hemos vivido tantas crisis económicas que no creemos en un futuro mejor, creo que por eso intentamos (sí, intentamos), vivir lo mejor que podamos. Nada nos sorprende, y sabemos que el político miente, roba, tranza, pero sin embargo, a veces votamos. Nos encanta la tecnología, mas no somos esclavos de ella. Nuestro sentir general es de pérdida, a pesar de que seamos bonachones, risueños, alegres, al final del día, nos sentimos cansados, solos, decepcionados de todo; y tiene mucho que ver que de niños fuimos unos crédulos y nos comimos toda la zarza de mentiras que nos dijeron nuestros padres.
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Así que Angy, vivimos en el mismo mundo, en el mundo de la tragedia, decepcionados de la condición humana, siempre haciendo el esfuerzo de volver a creer, a creer en... en los hombres o mujeres que nunca nos aman incondicionalmente, a creer en los niños que nunca tienen modales y nos señalan perversamente nuestros defectos, a creer que mañana será un día mejor, a creer que tiene sentido ser feliz (si es que existe), a creer que existe la justicia... a creer.
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