Más vómito de rechazo

No tengo muchas palabras qué decir. Se me cayeron mis hombritos.

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Tonto de mí. Una y otra vez la cago. No hay vuelta de hoja. Qué parte de mí, no comprende que cuando te rechazan es no y punto. Bueno, pues no me ha caído el veinte, y sigo y sigo insistiendo.

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Hoy regresé aturdido. Me lo dijo y ya fue definitivo: Sólo me gusta cómo me haces sentir cuando estoy contigo y admiro tu inteligencia y amena conversación.

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¡Qué tonto soy¡

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No me quiere. No le gusto... No me desea.

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Luego de su firme aclaración, me sentí como estúpido. Algo triste. Solo. Vacío.

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Me despedí con aires de satisfacción, enmascarando el sentimiento de pérdida que me embargaba. Sentí vergüenza de mis sentimientos.

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Apenas partió, y dejé que se cayeran mis hombros. Dejé que la cara me hirviera de vergüenza. Me mareé, casi vomito.

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Quedé hecho un zombie. Deambulé por algún rato entre estaciones del metro. Algo perdido, disperso. Escondí mis sentimientos de fracaso y frustración entre el gentío que va y viene.

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Pasada la media noche, llegué al fin a mi casa, y dejé caer mi débil cuerpo entre las sábanas, para perderme en el sueño del olvido.

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... Y me pregunto, ¿qué pasa conmigo? ¿por qué una y otra vez le hago de imbécil? ¿Por qué no comprendo que no me quieren y punto? ¿por qué no entiendo que por más que lleve mi piedrita de pingüino, no me harán caso?