Besos Kiliwa. Estoy contento porque ya terminé la primera parte de mi proyecto, mi ambicioso proyecto. Ya está terminada la parte creativa que requiere de mayor tiempo, porque hay que esperar que la Musa de la Inspiración te hable al oído.
Sólo falta la parte de la realización concreta, donde se requiere de sudar la gota gorda e invertirle dinero. Sí, ya te estas dando cuenta que el proyecto va a ser material, y que va a tener su venta en una página web. Sigo emocionado, no lo puedo evitar.
Esta realización es el principio de muchas cosas que intento y que sacaré adelante este año. El año pasado me fue fatal, pero aprendiendo algo de esa historia, por hoy no quiero detenerme más en mis sueños que a veces suelen sonar algo fuera de la realidad. Aunque me preocupa algo...
Sí..., sonaré como tonto, ñoño o algo parecido, pero me falta amar. Con mucha facilidad puedes conocer a alguien, a cualquiera, me ha sucedido. Mas el amor, el amor, parece algo en extinción. No me he dedicado a buscarlo, pensando que algún día alguien aparecería. No ha aparecido nadie, nadie a quien amar. Lujuria, lujuria hay por doquier; propuestas indecorosas no han faltado. Pero vuelvo con el mismo punto, el amor no ha aparecido.
Eso antes no representaba un problema. En últimas fechas, he pensado en mi primer gran amor, y duele pensar que pude haber tenido todo, y no se dio. Fueron muchas las circunstancias que llevaron a que no fuera lo que esperaba.
Yo amaba demasiado, mi familia no lo apreciaba, lo odiaban. Inicialmente me quiso, me amó, sin embargo, con el tiempo entró en otra etapa, donde ya no quería lo que los demás quieren, quería experimentar, y mi dulce amor enmielado sería destruido por esas faenas de la experimentación. Todavía cuando lo veo, suelo suspirar, porque yo amé en soledad, peleé con fuerza por ese amor, y no lo quiso, lo despreció, a pesar de que hice lo extraordinario por conservarlo. A cuatro años de esa historia, ya he sanado y vuelvo a pensar en amar; aunque en un espacio muy chiquito de mi corazón desearía que el pasado pudiera componerse.
Alguna vez encontré el amor; el amor de mi vida me desdeñó. ¿Qué me queda ahora? Darle otra oportunidad... Me siento como un idiota, tanto qué decir, y tan incapaz de hacer belleza con el lenguaje, por eso creo que es mejor citar a los grandes:
Sólo falta la parte de la realización concreta, donde se requiere de sudar la gota gorda e invertirle dinero. Sí, ya te estas dando cuenta que el proyecto va a ser material, y que va a tener su venta en una página web. Sigo emocionado, no lo puedo evitar.
Esta realización es el principio de muchas cosas que intento y que sacaré adelante este año. El año pasado me fue fatal, pero aprendiendo algo de esa historia, por hoy no quiero detenerme más en mis sueños que a veces suelen sonar algo fuera de la realidad. Aunque me preocupa algo...
Sí..., sonaré como tonto, ñoño o algo parecido, pero me falta amar. Con mucha facilidad puedes conocer a alguien, a cualquiera, me ha sucedido. Mas el amor, el amor, parece algo en extinción. No me he dedicado a buscarlo, pensando que algún día alguien aparecería. No ha aparecido nadie, nadie a quien amar. Lujuria, lujuria hay por doquier; propuestas indecorosas no han faltado. Pero vuelvo con el mismo punto, el amor no ha aparecido.
Eso antes no representaba un problema. En últimas fechas, he pensado en mi primer gran amor, y duele pensar que pude haber tenido todo, y no se dio. Fueron muchas las circunstancias que llevaron a que no fuera lo que esperaba.
Yo amaba demasiado, mi familia no lo apreciaba, lo odiaban. Inicialmente me quiso, me amó, sin embargo, con el tiempo entró en otra etapa, donde ya no quería lo que los demás quieren, quería experimentar, y mi dulce amor enmielado sería destruido por esas faenas de la experimentación. Todavía cuando lo veo, suelo suspirar, porque yo amé en soledad, peleé con fuerza por ese amor, y no lo quiso, lo despreció, a pesar de que hice lo extraordinario por conservarlo. A cuatro años de esa historia, ya he sanado y vuelvo a pensar en amar; aunque en un espacio muy chiquito de mi corazón desearía que el pasado pudiera componerse.
Alguna vez encontré el amor; el amor de mi vida me desdeñó. ¿Qué me queda ahora? Darle otra oportunidad... Me siento como un idiota, tanto qué decir, y tan incapaz de hacer belleza con el lenguaje, por eso creo que es mejor citar a los grandes:
*Una Temporada en el Infierno *
Por Jean Arthur Rimbaud

Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín
Donde todos los corazones se abrían,
donde corrían todos los vinos.
Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. -Y La encontré amarga.-
Y la injurié.
tomé las armas contra la justicia.
Huí. ¡Oh brujas, oh miserias, oh rencor a vosotros
Fue confiado mi tesoro!
Logré que se desvaneciera de mi espíritu toda esperanza humana.
Salté sobre toda alegría, para estrangularla, con el silencioso salto de la bestia feroz.
Llamé a los verdugos para morder, al morir, la culata de sus fusiles.
Llamé a las plagas para ahogarme con arena, con sangre.
La desgracia fue mi dios.
Me revolqué en el fango.
Me sequé con el aire del crimen.
Y jugué unas cuantas veces a la demencia.
Y la primavera me trajo la horrible risa del idiota.
Pero, hallándome recientemente a punto de lanzar el último gallo, se me ocurrió buscar la llave del antiguo festín, donde quizá recuperara el apetito.
La caridad es esa llave. -¡Esta inspiración demuestra que he soñado!
"Seguirás siendo hiena, etc....", exclama el demonio que me coronó con tan amables amapolas.
"Gana la muerte con todos tus apetitos, y tu egoísmo, y todos los pecados capitales."
Demasiado harto estoy de eso:
-Pero, querido Satán, te conjuro: ¡una pupila menos irritada!
Y, en espera de algunas pequeñas infamias que se
Demoran, para ti que prefieres en el escritor la ausencia
De facultades descriptivas o instructivas, desprendo
Estas horrendas hojas de mi cuaderno de condenado.
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